10 diciembre 2007

Bricolaje práctico: Cómo reducir cabezas
   publicado por Fry

Si tienes pensado asesinar a alguien a corto plazo y has pensado quedarte algo como recuerdo, la mejor opción es que te quedes con su cabeza y la reduzcas. Si eres un poco manitas conseguirás dejarla de un tamaño adecuado para un llavero que será, sin duda, la envidia de todo tu entorno.
Por si te ves en esta situación aquí tienes el procedimiento que utilizan los jíbaros para tan delicado proceso. Por cierto, he robado literalmente la información de SaberCurioso que a su vez la habrá cogido de otro lado, y éste de otro, y aquel de un libro y el del libro lo sacó de internet, etc. etc., hasta que llegamos a un punto
 en el que la información no existe como tal. Es algo parecido a los diccionarios. Cualquier palabra del diccionario utiliza palabras del propio diccionario por lo que, realmente, no existe información real de ninguna palabra. Si no supiéramos ni una sola palabra, un diccionario no dejaría de ser referencias que llevan a otras y a otras sin ningún sentido excepto su propio orden. Supongo que la información es igual.
Bueno, aquí están los pasos:
  1. Lo primero es, obviamente, cortar la cabeza al enemigo.
  2. Con un cuchillo se hace un corte desde la nuca al cuello, se tira de la piel y se desprende del cráneo. Se desecha el cerebro, ojos y demás partes blandas, además de todos los huesos.
  3. Se mete en agua hirviendo a la que se añade jugo de liana y otras hojas, lo que evita que se caiga el pelo. Se mantiene durante unos quince minutos aproximadamente; más tiempo la ablanda demasiado y es difícil impedir que no se pudra.
  4. Se saca del agua (con un tamaño aproximado de la mitad del original) y se pone a secar.
  5. Se raspa la piel por dentro para quitar restos de carne y evitar el mal olor y la putrefacción y se frota por dentro y por fuera con aceite de carapa.
  6. Después se cose el corte de la nuca, los ojos y la boca, de manera que queda como una bolsa, en la que se echa una piedra del tamaño de un puño o el volumen equivalente en arena caliente.
  7. Se cuelga sobre el fuego para desecarla poco a poco con el humo a la vez que se le va dando forma al cuero con una piedra caliente. En este proceso la cabeza acaba de reducirse.
  8. Una vez seca la cabeza se vacia la arena y se tiñe la piel de negro.
  9. Luego se introduce un cordón de algodón por un agujero practicado en la parte superior de la misma y se asegura en la abertura del cuello con un nudo o un palito atravesado


Ya tenemos el perfecto llavero.

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