Gran Hermano: renovarse o morir publicado por Fry

Siempre he defendido a gran hermano, incluso cuando los compañeros de trabajo (o quien fuera) dijera que este año (el que fuera) estaba más aburrido que otros. Siempre he dicho lo mismo: Gran Hermano es como tu hijo, aunque te salgo drogadicto lo quieres igual. 

Pero las cosas están cambiando. Mientras la televisión, en todos sus ámbitos, cada vez se vuelve más salvaje, morbosa y radical, observamos impasibles cómo Gran Hermano cada vez es más light. Al final va a ser el gran hermano de los teletubbies. Todos aceptamos que aquel ya lejano GH1 no sacara una teta, pero en la novena edición no se puede aceptar tanta mojigatería.

Aquí nos tenemos que conformar con soñar con los aberrantes programas que nacen más allá del charco, o con los Grandes Hermanos europeos, que sacan lo que hay, ni más ni menos. Mientras tanto, reclamo:

• Que quiero gente desequilibrada. Me habéis malacostrumbrado con toda clase de gentuza sin cordura. Lo siento, demando concursantes que no sean capaces de controlar sus propias reacciones. Reclamo espectáculo.
• Acepto a regañadientes que no saquen escenas de baño, pero no admito bajo ningún concepto que no saquen cuando follan. Si alguien se despelota en gran hermano sabe a lo que se atiene, sin embargo, en España el GH garantiza más privacidad que en tu propia casa. Una vergüenza.
• A la gente desequilibrada y a las imágenes sin censura hay que añadir puteo a los concursantes. Quiero que coman menos, que pasen mono de tabaco, que la organización les robe comida para que se echen la culpa entre ellos, quiero problemas, grandes problemas, que fomenten conversaciones políticas y religiosas, que metan gente que potencialmente no se aguante, pruebas que favorezcan la división en grupos, la traición, problemas y más problemas, y los quiero ya.
• Basta ya de moralina, basta ya de campañas políticamente correctas y basta ya de Mercedes Milá.

Gran Hermano, despierta de una puta vez¡