Una limosna para un ex-leproso: Las máquinas de tortura más dolorosas de la historia (II)

Continúo con la morbosa traducción de los métodos de tortura más dolorosos de la tórrida historia del hombre:

El tormento ["the rack", resulta difícil traducir ciertas palabras descontextualizadas, se admiten sugerencias]: Hace exactamente lo que parece que hace: empuja tu cuerpo desde los extremos hasta que los miembros se separan lentamente de sus uniones. El aparato consiste en una repisa rectangular, generalmente de madera, ligeramente elevada sobre el suelo, con un rodillo en un extremo o ambos, una barra fija donde se sujetaban las piernas y al otro lado una barra movible sobre la que se ataban las manos.
Descuartizado por caballos: Este invento es como el anterior pero llevaba al siguiente nivel y se reservaba solo para asesinos y personas que habían matado o atentado contra la vida de los nobles o la realeza. Cada uno de los miembros de los prisioneros se ataban a un caballo y se les azotaba simultáneamente para que se separarán del cuerpo en un instante. Uno de los favoritos del populacho.
La pera: Dependiendo del sexo, la pera se introducía en el ano o en la vagina y, una vez dentro, se abría hasta alcanzar una posición, digamos, "poco confortable".
La limpieza de alma: En algunos países católicos, el clero creía que el alma corrupta de una persona se podía limpiar si eran forzados a consumir agua hirviendo y carbón rusiente. Por supuesto, esto era lo que les pasaba a los prisioneros antes de que fueran castigados por sus crímenes, una tortura de calentamiento, podríamos decir.
El aplastador de cabezas: El nombre del método de tortura no puede ser más descriptivo. La muerte por aplastamiento de la cabeza era, generalmente, algo parecido a esto: los dientes traspasaban sus propias cavidades y rompían todos los huesos de la mandíbula, entonces los ojos escapaban de sus órbitas hasta que, finalmente, la masa craneal chorreaba a por las orejas. Increiblemente algunos países todavía usan alguna versión del aplastador de cabezas como método interrogatorio.