Disfraces
publicado por TioP
Los disfraces son todo un mundo. Los disfraces son de generación. Los disfraces nunca mueren. Los disfraces evolucionan. Los disfraces a veces no disfrazan. Los disfraces son amigos del alcohol. Los disfraces pueden ser muy caros. Los disfraces pueden ser espectaculares. Los disfraces pueden ser una auténtica mierda. Los disfraces molestan. Los disfraces divierten. Los disfraces no nos hacen más guapos. Los disfraces no suelen tener vía de evacuación de vejiga.
Y es que son toda una verdad. Van asociados a ciertas edades y en ocasiones circulares, ¿por qué lo digo? Ahora veréis. Los más pequeños van vestidos de super héroes o de personajes de cuento. Un poquito más mayores, empiezan a coger monos de mecánico, los típicos azules, y un mazo de goma o plástico para ir dando golpes. Muy cercanos a esa edad, encontramos disfraces similares, pero en los que lo que destaca es la careta, ocultar la cara. Ya en los adolescentes lo que importa es hacer algo de crítica o parodia a lo que pueda estar de moda, véase Bin Laden, Bush, películas del momento como Scream, Pesadilla en Elm Street…
De ahí en adelante, es evolución o retroceso, según como nos de. Es ese círculo que os comentaba cerrado. Puede que te vuelvas a encontrar a gente de nuevo disfrazada de superman, spiderman, cenicienta… Luego están los típicos que siempre quisieron ser mujer, o los que siempre quieren ocultar quienes son para tocas los cojones a los conocidos. También te puedes encontrar a los reivindicativos, tales como hippies con grandes porros o con motivos religiosos (sarcásticos). Pero también están los que se lo curran. Esos son los que se hacen los disfraces con tiempo y de manera artesanal. He llegado a ver auténticas “obras de arte”, salvando lo que se ve en concursos y programas televisivos de canarias… Pero recuerdo con gran cariño un gran disfraz. El del Ángel. Y es que en nuestra ciudad, es tradición, ahí en Semana Santa, de hacer una representación con un niño disfrazado de ángel tirando papeles con “aleluyas” y con un pelo largo, una vestimenta blanca y azul, dos grandes alas blancas y plumosas… De esa guisa salió un conocido de nuestra edad. Muy original y muy logrado, para salvar la diferencia de edad del “real” y el disfrazado, pues fácilmente 20 eran los años que los separaban.
Invito a que os disfracéis es estas fechas, a ser preferible en fin de semana, pues no es conveniente ir al trabajo con esas pintas, aunque hoy en día, yo he visto de todo, auténticos tipos que bien podrían estar mejor disfrazados.
Y es que son toda una verdad. Van asociados a ciertas edades y en ocasiones circulares, ¿por qué lo digo? Ahora veréis. Los más pequeños van vestidos de super héroes o de personajes de cuento. Un poquito más mayores, empiezan a coger monos de mecánico, los típicos azules, y un mazo de goma o plástico para ir dando golpes. Muy cercanos a esa edad, encontramos disfraces similares, pero en los que lo que destaca es la careta, ocultar la cara. Ya en los adolescentes lo que importa es hacer algo de crítica o parodia a lo que pueda estar de moda, véase Bin Laden, Bush, películas del momento como Scream, Pesadilla en Elm Street…
De ahí en adelante, es evolución o retroceso, según como nos de. Es ese círculo que os comentaba cerrado. Puede que te vuelvas a encontrar a gente de nuevo disfrazada de superman, spiderman, cenicienta… Luego están los típicos que siempre quisieron ser mujer, o los que siempre quieren ocultar quienes son para tocas los cojones a los conocidos. También te puedes encontrar a los reivindicativos, tales como hippies con grandes porros o con motivos religiosos (sarcásticos). Pero también están los que se lo curran. Esos son los que se hacen los disfraces con tiempo y de manera artesanal. He llegado a ver auténticas “obras de arte”, salvando lo que se ve en concursos y programas televisivos de canarias… Pero recuerdo con gran cariño un gran disfraz. El del Ángel. Y es que en nuestra ciudad, es tradición, ahí en Semana Santa, de hacer una representación con un niño disfrazado de ángel tirando papeles con “aleluyas” y con un pelo largo, una vestimenta blanca y azul, dos grandes alas blancas y plumosas… De esa guisa salió un conocido de nuestra edad. Muy original y muy logrado, para salvar la diferencia de edad del “real” y el disfrazado, pues fácilmente 20 eran los años que los separaban.
Invito a que os disfracéis es estas fechas, a ser preferible en fin de semana, pues no es conveniente ir al trabajo con esas pintas, aunque hoy en día, yo he visto de todo, auténticos tipos que bien podrían estar mejor disfrazados.
Etiquetas: Tradiciones
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