27 marzo 2007

Los juicios en España (II)
   publicado por Fry

Hace algún tiempo asistí a mi primer juicio, en calidad de testigo, y ya comenté aquí mis primeras impresiones. Hoy ha tocado la segunda visita, que aunque no era exactamente el mismo caso, se trataba prácticamente de la misma acusación y pruebas.

Mis impresiones esta vez son parecidas, aunque con algunos matices. La envergadura de este juicio era algo mayor que el anterior y ha sido algo más solemne, sin embargo ha vuelto a sorprenderme la dedicación que se le otorga a un juicio que calificaría como “menor”. Mi comparecencia, y la del resto de los testigos que íbamos de la misma parte, ha tenido algunos altibajos. Con mi breve experiencia judicial me aventuraré a comentar algunos puntos:

  • Es imposible, o realmente difícil, mentir. Los jueces y abogados no están para perder el tiempo, quieren el ir al grano, y conocen de sobra multitud de mecanismos para romper mentiras y argumentos insostenibles. No les importa tanto lo que tengas que decir como averiguar la veracidad de lo que expones. Este juez ha sido especialmente duro y contundente, no permitiendo irse por las ramas.
  • La verdad no es suficiente. Suele decir un amigo mío que “no sólo es importante ser honrado, también hay que parecerlo”. En este caso también podemos decir lo mismo. Me parece increíble comprobar cómo una verdad tan aplastante como la que defendemos pueda quedar diluida por una conducción determinada de los jueces. La otra parte ha estado dispuesta a mentir en el 90% de sus declaraciones, y nuestra verdad, impecable al 100%, ha quedado excesivamente débil, pese a tener un buen abogado y unas aceptables declaraciones. Una verdad absoluta y sin matices no garantiza que se crea, hay que saber demostrarlo.
  • Hay que llevar las cosas preparadas, aunque siempre sorprenden los caminos que utiliza el abogado de la otra parte. Puedes haber tenido cientos de episodios conflictivos con una persona que, en el momento que te pregunten por alguno, tu mente estará completamente en blanco. Los breves segundos que tardas en reaccionar, sumado a la sensación que crees estar mostrando por la espera, hace que tus ideas no fluyan como debieran.
  • El juicio impone, y tu posición de indefensión es importante. El juez y los abogados están elevados. No es raro que tiemblen las piernas, pese a que no te juegues nada importante. Todo parece pensado para intimidar al compareciente.
  • No existe, al menos en este caso, turno de replica, y eso saca de quicio. Permaneces fuera del juicio hasta que te llaman, aunque posteriormente puedes quedarte a ver el resto, pero no hay posibilidad de replicar a las barbaridades o falsedades que diga la otra parte. Entiendo que no podemos estar cuatro días para un juicio pequeño, pero a veces buscar la verdad exige mas de un cuarto de hora por persona. Buscar la verdad es difícil.
  • Por último, y aún con todo, la experiencia vuelve a resultarme gratificante y positiva, aunque no tengo intención de pasar demasiados días de mi vida allí.

Etiquetas: ,