Autobuseros
publicado por TioP
Segundo ciclo de un análisis y críticas que en su día ya inicié con “los carteros”. Hoy, como bien titulo, le toca a los autobuseros. Quien no los conoce. Quien no los ha odiado en alguna ocasión, quien no ha montado alguna vez en sus autobuses, quien no los ha injuriado, quien no ha sufrido la no parada de alguno de ellos, quien no ha tenido la suerte de pillarlo por las justas, quien no ha montado alguna vez sin pagar, a quien no le han recriminado alguna actitud, quien no le ha preguntado dónde para… así hasta un montón de a quien no…
Pero la verdad es que por norma general, uno odia a los autobuseros, son “malos” por naturaleza. Son esos seres que no tienen respeto por el tráfico (idem con los taxistas), los que tienen el poder bajo su culo en un monstruo de 8, 10, 12 o las ruedas que sean, los que nos han jodido en más de una vez, sea como sea.
Al igual que sucedía con los carteros, hay autobuseros de varias clases. Yo los distinguiría en tres, y en una de esa subdivisión, es idéntico a los carteros.
Los interurbanos: Son los más curtidos en distintas batallas. Los que más semáforos se han saltado, los que más insultos se han llevado, los que más se nos han cruzado en las rotondas... y por qué no, los que en más de una ocasión nos han llevado al curro. Pero por norma, estamos hasta los cojones de ellos porque casi siempre nos la lían, sea por A o por B.
Los de viaje: Son conductores más sensatos. No pasan tanto del tema como los interurbanos, es decir, si no tienes que comer, beber, fumar, poner los pies en el asiento… te lo dicen. Es ahí donde tienes la sensación de que te joden, pero hacen su trabajo, que no los interurbanos, que de alguna forma, se la suda. Viven de él y para el autobús, de ahí lo cuidados que en ocasiones están. Pero no todo son ventajas… porque también tenemos la sensación de que vaya mierda de asiento, de televisión (siempre nos pone las mismas películas), nunca pone o quita el aire (o frío o calor, nunca a gusto). Y porqué no, menudo coñazo de viajes…
Los de pueblo / ciudad: Esto está claro, al igual que con los carteros. Los de pueblos pequeñitos, o barrios muy reducidos… son los más majos y los que mejor se integran… Por el contrario, los de capital, son auténticos ariscos de la conversación (tampoco se busca), poco sociables, en ocasiones antipáticos… y si no has llegado a la parada y estás a dos metros, se va, algo que en un pueblo, no pasa!
En definitiva, más odiados que respetados, pero la verdad es que sin ellos muchas cosas no serían lo mismo, tanto para lo bueno como para lo malo, pero en el fondo, necesarios.
Y aquí mi declaración final… “os odio cuando os veo desde fuera, y os quiero cuando, conmigo dentro, lo infringís todo”.
Pero la verdad es que por norma general, uno odia a los autobuseros, son “malos” por naturaleza. Son esos seres que no tienen respeto por el tráfico (idem con los taxistas), los que tienen el poder bajo su culo en un monstruo de 8, 10, 12 o las ruedas que sean, los que nos han jodido en más de una vez, sea como sea.
Al igual que sucedía con los carteros, hay autobuseros de varias clases. Yo los distinguiría en tres, y en una de esa subdivisión, es idéntico a los carteros.
Los interurbanos: Son los más curtidos en distintas batallas. Los que más semáforos se han saltado, los que más insultos se han llevado, los que más se nos han cruzado en las rotondas... y por qué no, los que en más de una ocasión nos han llevado al curro. Pero por norma, estamos hasta los cojones de ellos porque casi siempre nos la lían, sea por A o por B.
Los de viaje: Son conductores más sensatos. No pasan tanto del tema como los interurbanos, es decir, si no tienes que comer, beber, fumar, poner los pies en el asiento… te lo dicen. Es ahí donde tienes la sensación de que te joden, pero hacen su trabajo, que no los interurbanos, que de alguna forma, se la suda. Viven de él y para el autobús, de ahí lo cuidados que en ocasiones están. Pero no todo son ventajas… porque también tenemos la sensación de que vaya mierda de asiento, de televisión (siempre nos pone las mismas películas), nunca pone o quita el aire (o frío o calor, nunca a gusto). Y porqué no, menudo coñazo de viajes…
Los de pueblo / ciudad: Esto está claro, al igual que con los carteros. Los de pueblos pequeñitos, o barrios muy reducidos… son los más majos y los que mejor se integran… Por el contrario, los de capital, son auténticos ariscos de la conversación (tampoco se busca), poco sociables, en ocasiones antipáticos… y si no has llegado a la parada y estás a dos metros, se va, algo que en un pueblo, no pasa!
En definitiva, más odiados que respetados, pero la verdad es que sin ellos muchas cosas no serían lo mismo, tanto para lo bueno como para lo malo, pero en el fondo, necesarios.
Y aquí mi declaración final… “os odio cuando os veo desde fuera, y os quiero cuando, conmigo dentro, lo infringís todo”.
Etiquetas: Curiosidades, Reflexiones, Sociedad
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