Historias de la noche V: El vandalismo
publicado por freddd
Siguiendo la ola de post acerca de las locuras nocturnas y hasta que el tema siga dando de sí hoy continuo con el vandalismo provocado por los efectos del alcohol y la noche en los jóvenes (y los ya no tan jóvenes).
La realidad es que el alcohol y supongo que en mayor medida las drogas hacen que la persona entre en un estado de pseudo-enajenación en la que se cree más guapo, más majo y más fuerte. Las dos primeras características se ven reflejadas en la perdida de la vergüenza a la hora de encarar un careo con una desconocida, te pones más hablador y simpático y crees que tu verborrea te llevará al fin del mundo y a liarte con la más guapa de la fiesta. Pues lo mismo ocurre con los enfrentamientos con otras personas, la noche nos hace vernos más fuertes y creemos que podemos con todo. Nosotros afortunadamente no hemos seguido esos derroteros y es cierto, como decía Fry que esta tendencia esta desapareciendo en nuestros días, hay menos peleas que antaño. Pero la violencia contenida se refleja de algún modo, y en ese caso es destrozando algo, lo que sea, rompiendo algún objeto urbano de medio calibre, uno tiene la decencia de no romper semáforos ni coches ni nada parecido pero se puede ensañar perfectamente contra un televisor dejado junto a una basura o contra una puerta putrefacta en un edificio abandonado. Estas actitudes, aunque reprochables son muy satisfactorias, más aún cuando lo golpeado tiene un significado
sentimental importante, vease por ejemplo cuando haces un pequeño estropicio en un lugar frecuentado por indeseables o cuando eliminas de un balcón una pancarta que no te gusta. La juventud es así.
Y cuando las cosas llegan al extremo se pueden llegar a estados de animo alterados, como nos ocurrió a nuestro grupo de amigos en una pequeña localidad en fiestas de la que no nos queríamos ir sin conocer con más profundidad unos locales también llamados "choznas" o cuandoen otra localidad alguien se volvió loco en el baño y no tiene nada que ver con drogas, no penséis mal, a que si Tiop??
En fin, nada sería sin las hooliganescas noches pasadas, que con el tiempo se vuelven más light pero que siempre estarán ahí.
La realidad es que el alcohol y supongo que en mayor medida las drogas hacen que la persona entre en un estado de pseudo-enajenación en la que se cree más guapo, más majo y más fuerte. Las dos primeras características se ven reflejadas en la perdida de la vergüenza a la hora de encarar un careo con una desconocida, te pones más hablador y simpático y crees que tu verborrea te llevará al fin del mundo y a liarte con la más guapa de la fiesta. Pues lo mismo ocurre con los enfrentamientos con otras personas, la noche nos hace vernos más fuertes y creemos que podemos con todo. Nosotros afortunadamente no hemos seguido esos derroteros y es cierto, como decía Fry que esta tendencia esta desapareciendo en nuestros días, hay menos peleas que antaño. Pero la violencia contenida se refleja de algún modo, y en ese caso es destrozando algo, lo que sea, rompiendo algún objeto urbano de medio calibre, uno tiene la decencia de no romper semáforos ni coches ni nada parecido pero se puede ensañar perfectamente contra un televisor dejado junto a una basura o contra una puerta putrefacta en un edificio abandonado. Estas actitudes, aunque reprochables son muy satisfactorias, más aún cuando lo golpeado tiene un significado
sentimental importante, vease por ejemplo cuando haces un pequeño estropicio en un lugar frecuentado por indeseables o cuando eliminas de un balcón una pancarta que no te gusta. La juventud es así.
Y cuando las cosas llegan al extremo se pueden llegar a estados de animo alterados, como nos ocurrió a nuestro grupo de amigos en una pequeña localidad en fiestas de la que no nos queríamos ir sin conocer con más profundidad unos locales también llamados "choznas" o cuandoen otra localidad alguien se volvió loco en el baño y no tiene nada que ver con drogas, no penséis mal, a que si Tiop??
En fin, nada sería sin las hooliganescas noches pasadas, que con el tiempo se vuelven más light pero que siempre estarán ahí.
Etiquetas: Copas, Leyendas urbanas
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