Historias de la noche III: ligar publicado por TioP

Continuando también con la saga de historias nocturnas, no puede faltar la de ligar, o más bien la del no ligar. Quien no ha salido por ahí con intención de. Y es que era una de las pocas razones por las que se salía, gracias a ese objetivo uno se desplazaba de unas fiestas de un pueblo a fiestas de otro. Daba igual que fuera el patrón de la ciudad, que fuera la típica llamada fiesta de la juventud, que fuera el día del orgullo gay… da lo mismo, solo se pensaba en una cosa, en ligar.

Ahora con la edad, y ya muchos con novia, los objetivos cambian. Quizá faltara matizar que antes se anteponía el ligar al objetivo real que ahora a nuestra edad nos ocupa, los borracherones, aunque de estos se podría abrir “Historias de la noche IV: el alcohol”.

Si nos quedamos con los viejos tiempos, solo se salía a ver tías, eso sí, bien aderezado con las gotas de alcohol necesarias para perder cualquier tipo de vergüenza… El fin justifica los medios, aunque los medios significara perder los papeles y hacer el imbécil. En más de una ocasión, se contaban los rechazos femeninos, siendo superiores incluso a la veintena, sí sí, más de 20. La táctica, aparte de patética, consistía en preguntar a casi todo lo que se movía. Y más aun, ni nosotros lo hacíamos, sino que era una amiga del grupo la que se encargaba de decirle a la “afortunada”, “¿te parece majico alguno de mis amigos?”. Tal era el afán recaudatorio que se llegaba a dar la situación de que contestaban, “ya me has preguntado antes”.

En fín, este ciclo dará para mucha vida, y es que la noche, aunque larga unos días, corta en otros, ha dado, da, y dará, para mucho. De hecho, ¿cuántos tienen novia, en parte, gracias a la noche? Confesaré que cumplo la regla y que a casi todos los que conozco, mucho le deberían agradecer también…

En próximas etapas, ya lejos de la juega del ligoteo, y lejos de la historia de la noche para el hueco del alcohol, también deberíamos hacerle un hueco al “hooliganismo” (que no peleas).