Las playas
publicado por Fry
Hace algunos años el compañero bloguero Freddd y yo alquilamos un coche y nos lanzamos a la aventura vacacional. Sin rumbo, destino, ni alojamiento conocido. Prentendiamos vivir una road movie de tres o cuatro días por el Mediterraneo. Partimos dirección Salou y donde nos deparara el destino. La verdad es que ni nos molestamos en encontrar un sitio para dormir, entre otras cosas porque era el puente de agosto y las cosas no están fáciles. Aún así el viaje nos costó un montón de pasta y aún estoy intentado averiguar en qué se fue. La verdad es que el viaje fue cojonudo, y desde aquí invito a Freddd a que volvamos a repetir por otra ruta, pero no exactamente por lo que vimos.
Desde Salou hasta Peñiscola fuismos parando en todos, absolutamente todos, los pueblos costeros. Nuestra intención era conocer un poco todo y respirar el ambiente meditarreo. Todos nuestros viajes anteriores habían sido a puntos concretos: Benidorm, Salou, Peñiscola, etc, pero no un recorrido de esas características. El resumen.... es fácil. Todo es lo mismo. Se podría hablar de la misma ciudad y el mismo patrón repetido a lo largo de la costa. Se come fatal, al menos por cantidades pagables, y no existe otro atractivo que la playa.
Todo eso no quita que te lo pases bien, pero para quienes hemos tenido la suerte de veranear mayoritariamente por el norte estábamos muy malacostumbrados. En el norte lo difícil es comer mal, y la playa sólo es un atractivo más de las vacaciones. Si tengo que hablar de una cuna vacacional hablaría de Castro-Urdiales, un pequeño pueblo pesquero cercano a Bilbao, y reconozco que no ha hecho ningún bien en mi perspectiva de cómo deben ser unas vacaciones. De pequeño me pusieron el listón demasiado alto.
No recordaba Zarauz y esperaba encontrarme algo parecido. Observo como la línea de playa está poblada de restaurantes baratos de comida planteada para alemanes a nueve euros. Me fastidia que no resulte difícil encontrar allí un sitio para comer mal. Para los menús obreros ya puedo acercarme al polígono industrial de mi ciudad.
En andalucía, al menos hasta donde me permite la memoria, comer bien es lo normal. El pescaíto fresco te lo meten por la boca en cualquier sitio. Especialmente por el sur es casi tan barato como un menú de mierda holandesa.
No lo sé, me estoy haciendo viejo probablemente, pero me resulta increible que en primera línea de playa de las costas más deliciosas de España se despachen más escalopes con patatas que pulpitos y sardinas.
Felices vacaciones.
Etiquetas: Viajes
ohhh, que gran viaje con destino indefinido. me encantan estas escapadas sin rumbo y que se preparan de la noche a la mañana. Por supuesto acepto la invitación aunque ya tendrá que ser para otro año y quizá sea una escapada europea rompiendo fronteras.
si alguien lo hace aconsejo que si duermen dentro del coche en pleno mes de julio dejen las ventanas abiertas para cuando llegue el alba...