14 enero 2008

Piques y homicidios
   publicado por TioP

Lugo. Dos flipaos. Dos coches de gama medio-alta. Una recta. Un tercer coche. Un matrimonio. Una colisión. Una pareja muerta. Dos homicidas. Una huida. Testigos. Pruebas. Una búsqueda. Una localización. Dos detenciones. Dos acusados. Ninguna fianza. Dos tontos de los cojones.

Esto es lo que en pocas palabras pasó este fin de semana en dicha ciudad gallega. Un pique entre dos jovencitos de 20-21, eso sí, uno con antecedentes, y el otro no muy listo, provocó lo que casi se podía esperar, un accidente en pleno centro. Ir a 100 km/h, no es muy propio. Menos si se hacen maniobras dudosas que al final desencadenan un choque frontal con la consiguiente muerte de dos inocentes, porque para colmo, los "pilotos", al ir en coches "buenos", salen ilesos, y con los santos huevos de incluso darse a la fuga (uno solo porque al otro no le daba el coche para más).

Al final, prisión sin fianza para los dos. Homicidas, que, no asesinos, aunque sí que la juez los considera culpables de conducta dolosa... y ¿qué es eso?, pues una manera de decir que "casi sabían lo que hacían o lo que podría provocar su conducta temeraria. Más aún, wikipedia, como no podía ser de otro modo, arroja algo de luz sobre la tipología (resumida) respecto a los homicidios:

Homicidio doloso: cuando exista la intención positiva de inferir la muerte a la víctima. Es decir que el sujeto activo tiene la capacidad de querer y entender las consecuencias de su conducta y producir el resultado muerte.

Homicidio involuntario: cuando se conoce el posible resultado muerte y sin embargo se cree poder evitarlo, pero falla y ésta se produce. También se presenta cuando definitivamente se ignora dicho resultado, pero de igual forma se mata. La punibilidad en este caso surge amparada por el deber que toda persona tiene de abstenerse de causar daño a otra, y las acciones carentes de intención y omisiones que conlleven a la muerte, serán susceptibles de juzgarse conforme a las leyes penales.

Homicidio preterintencional: hace mención al desbordamiento de las intenciones del causante, en las que primitivamente se quiso dañar, pero que desafortunadamente resultó matándola. Por ejemplo si se arroja a una persona a una piscina, desconociendo que esta persona no sabía nadar, y por culpa de dicha acción muere ahogada.

En fin, que no hagáis el loco, y no os encontraréis con una acusación de homicidio, y menos por hacer el imbécil picándoos con otro...

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