Navidad al cubo publicado por Fry

¿sabéis que es lo peor de una película? las incongruencias en el guión. Me pueden contar las mayores excentricidades de la historia, que las admito, pero siempre que el guión sea consistente. No soporto ver una película en la que un vampiro, en una determinada secuencia, recibe un mínimo rayo de luz y se le quema la piel, para, minutos después, exponerse delante de una ventana durante unos segundos y sólo soltar un pequeño grito. Si la luz nos quema, nos quema para todo, a menos que haya una razón convincente que sostenga lo contrario.

Y eso es, querido amigo TioP, lo que he vuelto a detectar en tu post pro-navidad, un poquito más abajo de este post. Como mis dos compañeros ya han hablado sobre tan entrañables fechas, lo haré yo hoy, segundo de Pascua. Y va a ser más un post-réplica que otra cosa. ¿No estamos en fechas de paz? pues que comience la guerra¡

La Navidad tiene un origen religioso, es indudable y es parte de nuestra historia, pero la tradición también evoluciona y pasa a tener connotaciones muy distintas a las originales. El hecho de que se haya “elegido”, como bien decía Noth, el 24 de diciembre como fecha anual para la celebración del nacimiento de Jesús no quiere decir que ese sea el verdadero significado que le atribuimos. La tradición le ha impregnado a la Navidad de reencuentro, cenas familiares, productos típicos, canciones de temporada, regalos, juergas y toda una imaginería de discutible gusto. El 99% de los mortales continuamos una tradición que hemos vivido en nuestra infancia, que es diferente al resto del año y que es más o menos entrañable, pero cualquier atisbo religioso ha quedado marginado. Los domingos o los sábados también tienen un origen religioso, pero no creo que nadie dedique su tiempo al rezo. Por ello no podemos negar el motivo de su origen, pero su significado actual está muy lejos de guardar fiesta a ningún dios.

El belén o los villancicos se han convertido en meras expresiones artísticas, sin ningún ánimo de adoración, y de los reyes magos sólo quedan los regalos que pueden traer. Hay que añadir magia a la Navidad para los niños, y para eso es válido cualquier personaje inventado. Los iconos típicos de estas fechas se han ido sustituyendo por decoración aséptica (religiosamente hablando) y podemos admitir que la Navidad que sigue siendo entrañable, pero familiarmente, no religiosamente. De todas formas si hay algún lector que efectivamente se sienta a la mesa en Nochebuena o en la comida de ayer y piensa en el nacimiento de Jesús que por favor me corrija.

Y aunque me atrevería a decir, TioP, que tú entras de lleno en ese 99% que en estas fechas piensa en todo dios menos en Dios, no puedo tras leer tu post anterior. Por ello he de decir que veo incongruencias en ese guión, tal como decía al principio. Las teorías materialistas de la concepción del mundo y la matematización teórica del universo que defiendes no admiten el concepto de Jesús. En última instancia podríamos admitir un origen desconocido e inexplicable, anterior al Bing Bang, que tú llames Dios y yo Gran Fórmula. En ese espacio sí que nos podemos entender y dejo hueco a la interpretación, pero no podemos afirmar que no existe la ciencia difusa y después querer encajar con calzador la resurrección de Cristo o cualquiera de todos los milagros religiosos.

¿La Navidad? estupenda por todas las cosas buenas que tiene, que cada uno la disfrute como quiera. Yo también disfruto viendo el Señor de los Anillos, y no me importaría guardar una friki-fiesta anual en su honor, pero no por ello voy a admitir la existencia de Saurón.

Nada de paz, tengamos la navidad bloguera movida. Ahh, y por supuesto espero tu post haciendo encaje de bolillos con la Ciencia y la Navidad¡¡¡

Que os vaya bien a todos.