¿quién elige a la pareja ideal?
publicado por Fry
Un ordenador para encontrar la pareja ideal, lo que nos faltaba¡¡ No pensaba hablar de este asunto, pero la alusión de TioP en su último post me ha removido unas cuantas cosas que siempre me gusta contar. Contaba ayer mi compañero bloguero que el universo es matematizable, cuestión que defiendo ampliamente, y que por consiguiente también es matematizable la pareja ideal de cada persona. Siento discrepar de esta posibilidad ya que para que pudiera ser expresado matemáticamente debería existir ese hipotético ideal de pareja y ese punto es discutible. Me explicaré.
Para empezar.... ¿por qué existe la descendencia? ¿por qué tenemos la posibilidad de tener hijos? Desde que tengo en casa televisión por cable no paro de ver documentales de animales. Antes en la 2 no los veía y ahora que en teoría tengo más posibilidades prácticamente no veo otra cosa. Y cuanto más observo a los animales mejor entiendo la razón de nuestra existencia. Volviendo a la pregunta sobre el porqué de la descendencia sólo me cabe una respuesta posible: nosotros como individuos no importamos en absoluto, sólo importa el conjunto (sociedad, especie, raza, o como lo queráis llamar). En el reino animal y vegetal es una cuestión evidente, pero el ser humano ha tratado de evadirse parcialmente de la crudeza que tiene semejante evidencia. Por muchos ordenadores que construyamos y por más planetas que seamos capaces de conquistar existe una poderosa fuerza que nos empuja inevitablemente a perpetuar la especie por encima del resto de las cosas.
En el ámbito militar es una situación palpable. El 100% de los que están en primera línea de batalla van a morir irremediablemente, de la segunda línea morirá un alto porcentaje (pero menor) y así sucesivamente hasta que los de cuarta fila logren conquistar el territorio. Esas pérdidas individuales se justifican por la supervivencia del conjunto. ¿y en qué medida la propia vida importa? importa en el sentido de que tu propia pérdida va a suponer una merma en el conjunto, como defensa, como progenitor, como carpintero o cualquier otra labor que desempeñes. El individuo importa en la medida en que su pérdida afecta a las posibilidades de supervivencia del conjunto.
Ya entrados en el siglo XXI, la evolución social ha desanimalizado por completo al ser humano y las campañas militares no están del todo bien vistas, sin embargo la historia de la humanidad está llena sacrificios personales en favor del resto. Yo me moriré, igual que todos vosotros, y pasados unos cuantos años no me recordará ni cristo. Algunos privilegiados tendrán la suerte de perdurar en la memoria durante siglos o milenios (véase Leonardo Da Vinci) pero no serán recordados por lo simpáticos que eran, por los chistes que contaban o por lo cariñosos que fueron con sus amantes. La gente que pasa a la historia es la gente que más ha contribuido al bien común, al progreso y, por consiguiente, a mejorar los mecanismos de supervivencia de todos los demás. No importa el individuo sino su contribución.
El resto de la gente, tú y yo, tenemos la gratificante misión de dejar descendencia, además de contribuir a la sociedad durante nuestra vida (el puto trabajo). Nuestros hijos deben aportar lo máximo al futuro conjunto y para ellos deben ser los más aptos para el momento vital que toque vivir. Esas características podrían ser camuflaje, fuerza, garras, pinchos, inteligencia, pelo, resistencia al frío, a la luz, etc, etc, etc. La naturaleza funciona como un reloj en este sentido y la mejor manera de asegurar una descendencia perfectamente adaptada es eligiendo a los progenitores más adaptados. Las probabilidades de que salga un hijo sano son más altas si los padres son sanos. Además, no sólo hay que asegurar sus características genéticas, también es necesario asegurar su alimentación y cuidado durante los primeros años. En cualquier caso los mejores padres y madres serán los que mejor (a priori) desempeñen ambas tareas.
¿Y a nosotros que nos toca después de esto? elegir bien a los padres y madres de nuestros hijos. Como bien decía TioP la atracción es pura química y el placer no es sino un mecanismo excelente para animar a procrear. No te engañes querido amigo, lo que encierran tus pantalones no es una herramienta creada para tu disfrute personal. Tu placer sólo existe para evitar que puedas pensar y que dediques tu vida a la procreación.
El placer no se hizo para ti, se hizo para todos.
Y sobre la máquina de emparejamiento ideal..... tu pareja ideal es la que mejor se adapte a la vida actual y aquella cuya genética “diseñe” al mejor niño. Construir una maquina de este tipo nos llevaría a una concepción peligrosa de la vida y probablemente sea mejor cerrar los ojos a la evidencia de la selección natural. ¿la pareja ideal la eliges tú libremente? ¿te elige ella? ¿no será que ya estamos confeccionados para ser emparejados?
Por suerte o por desgracia esta máquina ya existe, está dentro de ti, fuera de tu control y ha posibilitado que ahora existan millones de especies vagando por la tierra. Y que tú hoy me estés leyendo.
Maquinas infernales. Con la tranquilita que estaba la tierra hasta de que fuera asaltada por la vida. Seguiremos divagando.
Para empezar.... ¿por qué existe la descendencia? ¿por qué tenemos la posibilidad de tener hijos? Desde que tengo en casa televisión por cable no paro de ver documentales de animales. Antes en la 2 no los veía y ahora que en teoría tengo más posibilidades prácticamente no veo otra cosa. Y cuanto más observo a los animales mejor entiendo la razón de nuestra existencia. Volviendo a la pregunta sobre el porqué de la descendencia sólo me cabe una respuesta posible: nosotros como individuos no importamos en absoluto, sólo importa el conjunto (sociedad, especie, raza, o como lo queráis llamar). En el reino animal y vegetal es una cuestión evidente, pero el ser humano ha tratado de evadirse parcialmente de la crudeza que tiene semejante evidencia. Por muchos ordenadores que construyamos y por más planetas que seamos capaces de conquistar existe una poderosa fuerza que nos empuja inevitablemente a perpetuar la especie por encima del resto de las cosas.
En el ámbito militar es una situación palpable. El 100% de los que están en primera línea de batalla van a morir irremediablemente, de la segunda línea morirá un alto porcentaje (pero menor) y así sucesivamente hasta que los de cuarta fila logren conquistar el territorio. Esas pérdidas individuales se justifican por la supervivencia del conjunto. ¿y en qué medida la propia vida importa? importa en el sentido de que tu propia pérdida va a suponer una merma en el conjunto, como defensa, como progenitor, como carpintero o cualquier otra labor que desempeñes. El individuo importa en la medida en que su pérdida afecta a las posibilidades de supervivencia del conjunto.
Ya entrados en el siglo XXI, la evolución social ha desanimalizado por completo al ser humano y las campañas militares no están del todo bien vistas, sin embargo la historia de la humanidad está llena sacrificios personales en favor del resto. Yo me moriré, igual que todos vosotros, y pasados unos cuantos años no me recordará ni cristo. Algunos privilegiados tendrán la suerte de perdurar en la memoria durante siglos o milenios (véase Leonardo Da Vinci) pero no serán recordados por lo simpáticos que eran, por los chistes que contaban o por lo cariñosos que fueron con sus amantes. La gente que pasa a la historia es la gente que más ha contribuido al bien común, al progreso y, por consiguiente, a mejorar los mecanismos de supervivencia de todos los demás. No importa el individuo sino su contribución.
El resto de la gente, tú y yo, tenemos la gratificante misión de dejar descendencia, además de contribuir a la sociedad durante nuestra vida (el puto trabajo). Nuestros hijos deben aportar lo máximo al futuro conjunto y para ellos deben ser los más aptos para el momento vital que toque vivir. Esas características podrían ser camuflaje, fuerza, garras, pinchos, inteligencia, pelo, resistencia al frío, a la luz, etc, etc, etc. La naturaleza funciona como un reloj en este sentido y la mejor manera de asegurar una descendencia perfectamente adaptada es eligiendo a los progenitores más adaptados. Las probabilidades de que salga un hijo sano son más altas si los padres son sanos. Además, no sólo hay que asegurar sus características genéticas, también es necesario asegurar su alimentación y cuidado durante los primeros años. En cualquier caso los mejores padres y madres serán los que mejor (a priori) desempeñen ambas tareas.
¿Y a nosotros que nos toca después de esto? elegir bien a los padres y madres de nuestros hijos. Como bien decía TioP la atracción es pura química y el placer no es sino un mecanismo excelente para animar a procrear. No te engañes querido amigo, lo que encierran tus pantalones no es una herramienta creada para tu disfrute personal. Tu placer sólo existe para evitar que puedas pensar y que dediques tu vida a la procreación.
El placer no se hizo para ti, se hizo para todos.
Y sobre la máquina de emparejamiento ideal..... tu pareja ideal es la que mejor se adapte a la vida actual y aquella cuya genética “diseñe” al mejor niño. Construir una maquina de este tipo nos llevaría a una concepción peligrosa de la vida y probablemente sea mejor cerrar los ojos a la evidencia de la selección natural. ¿la pareja ideal la eliges tú libremente? ¿te elige ella? ¿no será que ya estamos confeccionados para ser emparejados?
Por suerte o por desgracia esta máquina ya existe, está dentro de ti, fuera de tu control y ha posibilitado que ahora existan millones de especies vagando por la tierra. Y que tú hoy me estés leyendo.
Maquinas infernales. Con la tranquilita que estaba la tierra hasta de que fuera asaltada por la vida. Seguiremos divagando.
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