Asisto estos días como espectador de lujo y en primera fila a una batalla que me tiene en vilo, que me recuerda que los ciudadanos aunque parezcan a veces aletargados siguen vivos y despiertan ante las adversidades. La batalla de los parquímetros.
A nadie escapa la complejidad del tema de los aparcamientos en los últimos años en cualquier ciudad de nuestro país. El estado del bienestar ha derivado en que en todas las familias hay al menos un coche pero en muchas de ellas hasta 2 o 3 vehículos, si calculamos rápidamente los vehículos que hay en cada ciudad y las plazas de aparcamiento totales veremos que los números no nos salen. Si a todo esto le sumamos la complejidad circulatoria de una ciudad como Madrid la cosa empieza a verse muy negra y no tiene visos de mejora ni desde luego soluciones a corto plazo.
Pues bien, el alcalde de Madrid empezó hace unos años con su política de parquímetros que en teoría trata de descongestionar las zonas céntricas estableciendo lugares para residentes (zonas verdes con pago mensual9 y otros para vehículos de paso, zonas azules que previo pago pueden estacionar durante tiempo limitado. Esto trae consigo 2 cosas, aparte del enriquecimiento del ayuntamiento, por un lado la ventaja de que quién va a estas zonas puede encontrar con relativa facilidad un aparcamiento, a golpe de bolsillo claro esta y por otra que los sufridores residentes aún lo tienen más complicado para aparcar ya que las escasas plazas para residentes que quedan están muy cotizadas.
Pero el alcalde no se quedó ahí sino que su teórica zona centro de Madrid se extendió a toda la zona interior de la M30, circunvalación de 29 km de longitud que engloba gran cantidad de barrios de la ciudad, algunos céntricos y otros periféricos (como se puede ver en la segunda imagen). Y no contento con todo esto, y ahí es donde entra mi perfecta posición como observador en este conflicto, se ha decidido a dar el salto fuera de la M30, en barrios como el mío. Barrios que son puramente residenciales y que tienen los problemas de aparcamiento lógicos y normales de cualquier barrio pero en los que la justificación de estas medidas es más que discutible.
Pero la respuesta que ante esto puede dar un ciudadano de a pie no es fácil, por supuesto que no esta en los despachos, en las recogidas de firmas ni en las reclamaciones por las vías legales. Estos tramites son tan lentos y tan complejos que no llegan a su fin, es más fácil desistir antes por agotamiento o resignación, ya que cuando probablemente se pudieran revisar lo que originó en su día el problema esta ya tan aceptado socialmente que no se cataloga como problema de primer orden, cosa que si pudo ocurrir en su día, cosa que ocurre hoy.
Y cual es la solución os preguntareis. Pues si, la solución es la que han tomado los vecinos de los barrios de Madrid, una maza de 30 kilos, martillos gigantes que sean capaces de tirar de un golpe estas maquinitas tragaperras. También pintura y brocha para pintar las rayas que el día anterior había pintado el ayuntamiento de azul o verde. Por supuesto también las protestas y manifestaciones.
Lo cierto es que al final el ayuntamiento se saldrá con la suya, las armas del estado no se agotan y son siempre superiores al problema (vecinos cableados, altercados juveniles). Si tienen que poner a un tío junto al parquímetro 24 horas lo pondrán, si tienen que poner a 2 los pondrán, si tienen que mandar al ejército lo harán pero siempre dispondrán de sus recursos infinitos para ganar esta guerra. Pero recordemos que solo hablamos de unos parquímetros. Lo que me lleva a pensar que los debates políticos están desorientados ya que nada ha llevado, al menos en mi entorno, a movilizaciones de este calibre, esta claro que las preocupaciones de la gente se centran más en sus quehaceres diarios que en temas supuestamente más trascendentales.
Pero después de todo esta bien darse cuenta de que la gente esta preparada, lista para el combate si la situación lo requiere, ya sea por un parquímetro o por fines más altos, a lo mejor esto es solo una muestra de lo que se cuece en los barrios de España, seguiremos al tanto.
Disculpame en algo, las personas que son controladoras de esos espacios, no son las responsables, de la mala educación de much@s.
Es un acto vandálico, y no soy votante de este espongiforme de alcalde de Madrid, pero no me parece ni racional, ni lícito, el que a personas que están trabajando en semejantes menesteres, no hay demasiados puestos de trabajo donde elegir, se les cargue con todas las tintas, los mazazos al alcalde y su c/c, no a los pobres controladores, que su trabajo es controlar, por eso les pagan y no creas que un sueldo de ministro precisamente.
Sé lo que digo y de lo que hablo, lo hago anónimamente simplemente, xq a mi juicio, estoy implicad@ como trabajador, pero no transijo con que yo tenga que pagar los platos rotos del "maravilloso consistorio" del que somos dueños todos los madrileños.
Detesto cualquier forma de violencia, y la manera mejor de solucionar las cosas, no es ni rompiendo parquímetros, ni amedrentando a las personas que tienen que hacer su trabajo, e insisto no con un sueldo de ministro precisamente.
Que te quede claro, que los mazazos al culpable, no a los intermedios, esos no tenemos la culpa de la mala organización.
Y antes de actuar uno tiene que informarse, resultaría conveniente, para la buena educación de todos los ciudadanos
Un saludo..