24 julio 2006

La hora de la verdad
   publicado por Fry

Escribo este post en diferido, ya que a estas horas, sea cual sea la hora a la que salga publicado, estaré en una realidad alternativa, fiel a la cita anual que imponen las fiestas. En mi próximo post hablaré de ello ya que todavía no han empezado.

A veces te has preguntado... un domingo por la noche con cierto insomnio, después de leer tus blogs de rigor, consultar correo y demás variedades internautas decides dejar caer tu cuerpo en el sofá y zapear. No esperas absolutamente nada, ni tampoco demandas nada, sólo quieres algo que sea más fumable que los teletiendas. Aún así yo me considero dentro del inmenso grupo seguidor de todos los productos que anuncian. Jamás he comprado ninguno, pero cada vez que me siento y los veo me pregunto cómo he podido pasar todos estos años sin ese determinado artilugio. Ninguno vale para nada, pero los venden muy bien.

Y entre tanto descubres la gran maravilla, la "Hora de verdad". Es exactamente la clase de mierda que estás buscando en ese momento. El programa tiene ya bastantes años y ha pasado por un periplo de vicisitudes, desde cambios de presentador (creo que comenzó con Alicia Senovilla) hasta suspensiones y emisiones en horarios imposibles. Sin embargo ha permanecido intacto su espíritu: ofrecer la peor basura que se sea capaz de extraer de las miserias humanas. Y sí, confieso que un domingo por la noche mi desgastada mente únicamente quiere absorver esa clase de vergüenzas. El desfile de personajes del último programa ha superado todo lo conocido, ofreciendo un extraño trío en un hombre era acusado de haber mantenido relaciones sexuales con su exnovia. La novia, y especialmente la ex, han sido lo más friki que ha dado la televisión en los últimos años, y no me extrañaría que apareciera en próximas jornadas en el universo YouTube.

Este programa es el único vestigio de aquello que poblaba antes las televiones y que quisimos llamar "Reality Shows". Con la aparición de Gran Hermano este concepto cambio de ámbito y ahora hace referencia a los programas con cámaras. Antaño nos referíamos a todos los programas de asesinatos, sucesos, desapariciones y todo cuánto pudiera tocar la fibra sensible y morbosa del espectador. Todo aquello termino con el caso Alcáser.

Ahora vivimos la era de la prensa rosa, pero aunque parezca imposible también morirá. Nadie pudo imaginar por aquel entonces, que ya hace más de diez años, que la parrilla televisiva se iba a privar de Lobatón. Los tiempos cambian y la televisión también lo hará.

Me canso ya del mundo rosa. Espero ansioso la nueva era de la telebasura. ¿Qué sorpresas nos deparará?. Permaneceré atento.