20 diciembre 2006

Qué putada
   publicado por TioP

Eso es lo que le ha pasado a un compañero de mi curro y que sintiéndolo mucho, provoqué yo, y me lamento porque tiene ciertas consecuencias y muy pocas soluciones. Se trata de los candados. En concreto, de los candados para atar los portátiles.

Tal día de invierno, mes de Diciembre, tercera semana, un humilde compañero decide no llevarse el portátil a su casa y estrenar con ello un super candado que facilita la empresa para protegernos de hurtos en el trabajo de tan preciado bien. Lo saca de la bolsita, lo sujetamos al típico hueco de las mesas de trabajo para pasar el cableado y lo fijamos en la parte trasera del pc. Hasta ahí todo bien. Lo consigue atar, y yo mismo, para que no quedara colocado en la típica posición 0000 (ya sabéis que tiene cuatro posiciones), le di unas vueltillas, no muchas, para cambiar el número. Sin embargo, vi un botón en la parte trasera que pulsé y funcionó. Al rato le dimos más vueltas para que quedara todo revuelto.

Llegó el día siguiente, y el dueño del portátil se había quedando reflexionando toda la noche para qué lo del botón. Eureka! Sí señores, para eso era, para fijar la clave a la que tu quisieras. Pero el problema del que se percató, es que no lo había fijado antes de poner el candado y fui yo, sin intención alguna y por curiosidad, quien pulsó el botón mágico que provocó una fijación a día de hoy todavía desconocida.

Aquí la putada. Nadie sabe esta clave, fue un random manual por mi parte y un despiste por la suya. Putadón. Es cierto que no se mareó la combinación, por lo que no creo que sean necesarias las 10000 pruebas correspondientes, pero si unas cuantas descartando las menos probables. Esta es una solución, y la otra, comprar una sierra de metal para cortar el cable, o bien de madera para serrar la mesa, pero estas dos últimas no las veo muy cómodas.

Las consecuencias, no puede llevarse el ordenador a ninguna presentación ni lugar. No se puede menear. Es una manera inútil de convertir un portátil en un ordenador de sobremesa.

Lo siento.

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