06 marzo 2006

Super Muscle
   publicado por freddd

El otro día caminando por la calle un joven me repartió el típico papel publicitario, lo cogí y cuando estuve más tranquilo sentado en el metro, le eché un vistazo. Era un anuncio de esteroides o anabolizantes, alguna pastilla de esas milagrosas que te hacen más fuerte, que sacan todos tus músculos mientras estas cómodamente sentado frente al televisor. De acuerdo, tal vez este exagerando pero si es cierto que el cuerpo humano tiene un límite del cual solo se puede pasar a base de píldoras milagrosas. Estas píldoras acentúan el volumen de los músculos hasta llegar a cotas casi sobrehumanas. Pero a quién le gustan estos cuerpos?. No conozco a una sola persona que le excite o simplemente le guste ver un cuerpo culturista exagerado o sobremusculado. Otra cosa son unas abdominales bien marcadas, unos brazos fornidos o una espalda musculada pero desde luego el típico cuerpo de culturista de las revistas esas (quien compra eso?) no solo no gusta, sino que da mucho asco. Y ya no hablemos del culturismo de mujeres, algo sencillamente espantoso, antierótico, vergonzante y cuantos calificativos denigrantes podamos recordar. Lo que esta claro es que estos tipos llegan a un punto en el que pierden el sentido de la estética y su única finalidad es ampliar sus musculos, que no su fuerza, a cualquier precio, aunque este sea el rechazo físico que producen al resto de la humanidad. Además intuyo que este tipo de cuerpos solo gustan a seres similares, es decir, otros enfermos del músculo, cosa que no ocurre en otros casos. A un tio flacucho y esmirriado al igual que a un gordo seboso les encantan las tías moldeadas y con curvas predominantes. A las chicas, sean como sean, por norma les gustan los hombres delgados, bien formados, altos, etc aunque pueda existir variedad. Pero lo claro es que lo otro no atrae ni a unos ni a otros, solo a ellos mismos. Además suele ocurrir que parece que la cabeza no concuerda con el cuerpo, ninguno de ellos tiene la cara acorde al cuerpo por lo que parece que solemos estar ante un montaje, algunos de ellos tienen cara de abuelos y el cuerpo descomunal y otros con pinta de oficinistas y sus megamusculos, es bastante cómico.

El caso más salvaje es el de un tipo bastante conocido llamado Greg Valentino, que comenzó hace años en el mundo del culturismo y en algún momento de su progresión perdió la cordura y se propuso conseguir el volumen máximo para sus músculos. En la actualidad y tras haber sufrido la rotura literal de uno de sus amorfos brazos es una especie de ser deforme, una mezcla entre un tipo obeso, enano y un enfermo de elefantiasis de esos que salen de vez en cuando con un huevo de 2 por 2. Aún así el tio tiene su encanto y goza de las simpatías del gran público, al menos a mi me cae muy bien.

Ya lo decía mi abuela, los excesos siempre son malos.