Camino de la decisión
publicado por TioP
Usando parte de la temática del pasado capítulo de Los Serrano, quiero comentar una líneas (bastantes) de opinión y reflexión en cuanto a la libertad de decidir, y más aun, cuándo lo somos y hasta cuándo lo pueden ser por nosotros.
Todo empieza antes de nacer, pues es la primera decisión que no tomamos, de hecho nos crean sin haberlo pedido. Se siembra la semilla sin nuestro consentimiento, aunque bueno, no existimos y bien podemos dar por buena esta primera indecisión… Eso sí, una vez en la tripa de nuestra madre se mascará el primer gran debate, el aborto. Sin discutir sobre él, solo mencionar que el hecho de que nazcamos, o de que nos quiten la vida, no es decisión nuestra, es de terceros, que en la mayoría de los casos, parte de nuestros progenitores. Empezamos mal.
Y mi pregunta es, ¿hasta cuando no decidimos libremente? O más aun, ¿hasta cuándo deben y tienen que decidir por nosotros? Es evidente que el nacimiento (o no nacimiento) no nos compete (de momento son las leyes las que lo regulan), pero del resto, ¿qué se debe y hasta cuándo? El bautizo, la elección de la guardería, el colegio, la ropa, la comida… Son muchos aspectos que forman parte de la educación, pero que no deja de ser una educación heredada o impuesta, muy previsiblemente para nuestro bien y en ocasiones por conveniencia. Con según que edad podrás decir qué comes o no, o si te gusta o no el colegio, pero pienso que ahí no existe un poder de decisión pleno, pues tus padres podrán tenerte o no en consideración en la medida de sus convicciones. De momento no somos totalmente libres, ni apenas parcialmente.
Otro punto de inflexión podría ser la comunión, pero es un punto que pienso que tampoco es una libertad absoluta, pues salvo una aceptación o alineamiento con tus padres, será difícil de no cumplir si realmente se quiere imponer por parte de estos, y tampoco estarás en una posición muy “amenazante” como para que sea aceptada y/o respetada. Lo mismo sucede si quieres comulgar y tus padres no, creo que tampoco podrás hacer mucho…
Y es que decidir por nosotros mismos, sin coacción, sin penalización, sin consejo… creo que es muy utópico, pues considero que es un concepto muy similar al del altruismo, y que aparentemente es la ley la que regula que a partir de los 18 se es mayor de edad para hacer lo que se te ponga en… ¿Libre? A algunos les puede llegar antes, a otros después, y a muchos, nunca.
Serás libre y tendrás “libertad” para decidir, no lo discutiremos, pero una decisión es una piedra en el camino, piedra que sortearemos mejor o peor, pero que será minuciosamente revisada para ver las consecuencias que comporte, y no se decidirá porque sí, pues la decisión vendrá marcada por muchas otras cosas, y realmente, esa sensación de libertad queda de algún modo disipada.
¿Decidimos libremente cuándo nos casamos? Sí, pero muchos son los aspectos que nos hacen tomar esa decisión, no por razones ridículas (aunque posibles) de que hoy sea martes, esté nublado y tenga sed. Sino puede ser porque exista una tradición, porque la otra persona te lo pida, porque quieras hacer feliz a la familia, o porque simplemente te quieres sentir bien (última / primera razón del altruismo).
Por poner otro concepto a asociar, La Suerte. Al igual que se puede pensar que la suerte no existe como tal, sino que es un cúmulo de situaciones esperadas (si pudieran ser medibles, aunque bien sabemos que es imposible), una decisión sigue el mismo camino, pensamos con libertad, pero una libertad guiada.
Solo concluir diciendo: SÍ tenemos libertad para decidir, a partir de cierta edad, pero que esa libertad, si fuera una ecuación, vendría marcada por un sumatorio de variables que en muchos casos no nos pertenecen. Está claro que la ecuación la resolvemos nosotros, pero completando esas variables externas.
Libremente decidí escribir este post, pero una de esas variables erais vosotros.
Todo empieza antes de nacer, pues es la primera decisión que no tomamos, de hecho nos crean sin haberlo pedido. Se siembra la semilla sin nuestro consentimiento, aunque bueno, no existimos y bien podemos dar por buena esta primera indecisión… Eso sí, una vez en la tripa de nuestra madre se mascará el primer gran debate, el aborto. Sin discutir sobre él, solo mencionar que el hecho de que nazcamos, o de que nos quiten la vida, no es decisión nuestra, es de terceros, que en la mayoría de los casos, parte de nuestros progenitores. Empezamos mal.
Y mi pregunta es, ¿hasta cuando no decidimos libremente? O más aun, ¿hasta cuándo deben y tienen que decidir por nosotros? Es evidente que el nacimiento (o no nacimiento) no nos compete (de momento son las leyes las que lo regulan), pero del resto, ¿qué se debe y hasta cuándo? El bautizo, la elección de la guardería, el colegio, la ropa, la comida… Son muchos aspectos que forman parte de la educación, pero que no deja de ser una educación heredada o impuesta, muy previsiblemente para nuestro bien y en ocasiones por conveniencia. Con según que edad podrás decir qué comes o no, o si te gusta o no el colegio, pero pienso que ahí no existe un poder de decisión pleno, pues tus padres podrán tenerte o no en consideración en la medida de sus convicciones. De momento no somos totalmente libres, ni apenas parcialmente.
Otro punto de inflexión podría ser la comunión, pero es un punto que pienso que tampoco es una libertad absoluta, pues salvo una aceptación o alineamiento con tus padres, será difícil de no cumplir si realmente se quiere imponer por parte de estos, y tampoco estarás en una posición muy “amenazante” como para que sea aceptada y/o respetada. Lo mismo sucede si quieres comulgar y tus padres no, creo que tampoco podrás hacer mucho…
Y es que decidir por nosotros mismos, sin coacción, sin penalización, sin consejo… creo que es muy utópico, pues considero que es un concepto muy similar al del altruismo, y que aparentemente es la ley la que regula que a partir de los 18 se es mayor de edad para hacer lo que se te ponga en… ¿Libre? A algunos les puede llegar antes, a otros después, y a muchos, nunca.
Serás libre y tendrás “libertad” para decidir, no lo discutiremos, pero una decisión es una piedra en el camino, piedra que sortearemos mejor o peor, pero que será minuciosamente revisada para ver las consecuencias que comporte, y no se decidirá porque sí, pues la decisión vendrá marcada por muchas otras cosas, y realmente, esa sensación de libertad queda de algún modo disipada.
¿Decidimos libremente cuándo nos casamos? Sí, pero muchos son los aspectos que nos hacen tomar esa decisión, no por razones ridículas (aunque posibles) de que hoy sea martes, esté nublado y tenga sed. Sino puede ser porque exista una tradición, porque la otra persona te lo pida, porque quieras hacer feliz a la familia, o porque simplemente te quieres sentir bien (última / primera razón del altruismo).
Por poner otro concepto a asociar, La Suerte. Al igual que se puede pensar que la suerte no existe como tal, sino que es un cúmulo de situaciones esperadas (si pudieran ser medibles, aunque bien sabemos que es imposible), una decisión sigue el mismo camino, pensamos con libertad, pero una libertad guiada.
Solo concluir diciendo: SÍ tenemos libertad para decidir, a partir de cierta edad, pero que esa libertad, si fuera una ecuación, vendría marcada por un sumatorio de variables que en muchos casos no nos pertenecen. Está claro que la ecuación la resolvemos nosotros, pero completando esas variables externas.
Libremente decidí escribir este post, pero una de esas variables erais vosotros.
Etiquetas: Reflexiones, Sociedad
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