Hollywood OS
publicado por Fry
- El dibujado del texto no se produce de manera automática y simultánea como en cualquier ordenador. El Hollywood SO muestra el texto en pantalla letra por letra sonando un bip en cada una de ellas. Tiene un funcionamiento parecido al telegráfo. En determinadas situaciones puede funcionar de manera totalmente contraria, mostrando miles de páginas por segundo absolutamente imposibles de leer y sin posibilidad de parada entre ellas.
- En las películas cualquier evento produce algún ruido, incluso la pulsacion de teclas como en lo móviles para volver loco a cualquiera.
- Los sistemas de almacenamiento nunca son estándar. No existen los disquetes o CD-ROM convencionales. Sin embargo, por extraño que sea el medio en el que se almacena una determinada clave, se podrá leer en cualquier ordenador independientemente del medio.
- No es exactamente un ordenador, pero los diseñadores de bombas invierten la mayor parte del tiempo en insertar grandes displays de color rojo para que cualquiera que vea la bomba pueda saber con certeza el momento exacto en el que estallará.
- Los ordenadores son capaces de crear animaciones concretas de cualquier cosa que se propongan de manera instantánea. Por ejemplo, los ordenadores de CSI son capaces de reproducir igualmente el desgaste de una zapatilla por distintos terrenos o mostrar una animación de cómo se inflarían distintas marcas de globos al colocarse en un tubo de escape.
- En las películas los ordenadores con Hollywood OS instalado no tienen tiempos de arranque. Al apretar un botón automáticamente estará disponible para lo que haya sido diseñado (como decía el otro día los ordenadores sólo sirven para una única cosa).
- La mejor manera de distinguir a un hacker en una película es observar como van vestidos los personajes. Pase lo que pase el hacker siempre irá vestido con una camiseta hawaiana muy holgada. Además, en cualquier situación saben el tiempo que les costará reventar un sistema. Sólo hay que preguntarle.
- En las películas, cuando se teclea texto no es necesario darle a la tecla espacio. Es suficiente con las teclas pequeñas centrales. Si lo que se están manejando son comandos que hagan cosas, no se mostrará en la pantalla de ninguna manera. Las pulsaciones parecen no hacer nada excepto por ya comentado 'bip'.
- La profesión mayoritaria en Estados Unidos es policía. Todo el mundo tiene un amiga en la policía que había sido novia anteriormente y que, después de una pequeña discusión, le dejará acceder a los datos que necesita.
- En realidad no hace falta tener una exnovia policía, ya que desde cualquier ordenador se puede acceder a cualquier dato policial, censal, antecedentes penales y matrículas de coche. Sólo es necesario meter dos veces erroneamente la contraseña.
- En Jurassic Park la niña observa un monitor con un sistema operativo estrambótico tridimensional y exclama "Es Unix, lo conozco¡¡" y se sienta a hackear el sistema. Unix es un sistema basado en modo consola (pantalla negra y a teclear). Cualquier parecido de UNIX con ese engendro es pura coincidencia.
- Los ordenadores utilizados para mostrar el mapa de localización de señal de algún dispositivo introducido en el bolsillo son capaces de acceder al interior en 3d de cualquier edificio para descubrir que se han escondido en los conductos de ventilación. Por supuesto se manejará todo tecleando.
- La última y la mejor. Los programas de análisis de video y fotografías son increibles. Son capaces de ampliar una imagen hasta el infinito y obtener la definición que sea necesaria aunque no existiera en el original, sin datos borrosos y sin ningún tipo de pixelización, para poder ver la cara del sospechoso. Algunos sistemas, incluso, permiten eliminar objetos u obtener perspectivas de cámara distintas al original. (y nosotros peleándonos por los megapíxeles de las cámaras. Ilusos...)
Etiquetas: Cine
Genial análisis. Lo más alucinante es lo de la definición de las fotografías, porque se supone, además, que quien más quien menos sabe actualmente algo de megapixels y formatos digitales. En los 90 podían engañarnos, pero no ahora...