Hotel – Mudanza = Piso + Servicios
publicado por TioP
No quiero hacer una demostración matemática de la mínima función que arriba titulaba, pues si le diera bombo y folios y más folios, no estaría lejos de los estúpidos premios anti-nobel, que no hacen mas que premiar a los estudios más ridículos e inservibles del mundo, y es que aun quedarán en mi memoria investigaciones tales como “por qué no le duele la cabeza a un pájaro carpintero (loco)” o “la relación entre la atracción de un escarabajo por el olor de los pies y un determinado queso”. Por ello, y para no entrar dentro del mismo saco, simplemente me excusaré en que el título solo responde a una estupidez transitoria para enlazar con el tema que me ocupa.
Hasta ahora, y durante algunos años, en mi curro he ido de ciudad en ciudad, aunque tampoco tantas, realizando proyectos o mini-proyectos para la variedad de clientes que nos ocupan. En estos lugares me alojaba en hoteles. Por citar ciudades relevantes, digamos algunas de ellas por abrir boca a los viajeros: Madrid, Barcelona, Pamplona, Valencia, Alicante, Badajoz… Proporcionalmente, Madrid se lleva el 85% de la estancia, Valencia el 12%, y el restante 3%, las demás. Mi vida laboral se podría resumir en curro, más curro, y hotel. Para qué engañarnos, la vida en hotel es cojonuda, te lo hacen todo, no haces nada, y te lo pagan. Muchas veces, y más en esa larga estancia a la que hacía mención de Madrid, me comentaban que si no estaba cansado de estar siempre en un hotel. Que vaya rollo. La verdad es que si cumples con dos premisas básicas como: currar hasta las 22h y desaparecer el fin de semana para volverte a casa, no le veía el sentido o significado a un piso y no a un hotel.
El hotel tiene dos grandes ventajas. Son de buena calidad y te despreocupas de todo. Y un inconveniente. Maleta va maleta viene.
Ahora, desde hace un par de días, podemos decir que he dejado la vida en hotel para pasar a piso. Es duro dejarlo cuando hablamos de estancias de más de 500 noches en total dentro de la vida laboral. Este cambio, mayormente ha sido motivado por un cambio de aires, por un compañero de curro (ahora también compañero hogaril) y porque tengo servicios e instalaciones que hasta ahora no tenía. El piso está muy bien, a 7 minutos del curro, un lujo en la capital, y con servicios que espero poder disfrutar y que aun están en adecentamiento. Véase piscina (interior y exterior), vestuarios con sauna y un muy generoso gimnasio.
De momento se subsiste, estamos de mudanza, es lo malo en la entrada a un piso, y hasta que te acomodas, pasa otro poquito, porque siempre te faltan cosas, y faltan cuando más las necesitas, estoy podría dar demostración la “ley de Murphy”. Ah! Y qué necesito ahora! WIFI!!!
Hasta ahora, y durante algunos años, en mi curro he ido de ciudad en ciudad, aunque tampoco tantas, realizando proyectos o mini-proyectos para la variedad de clientes que nos ocupan. En estos lugares me alojaba en hoteles. Por citar ciudades relevantes, digamos algunas de ellas por abrir boca a los viajeros: Madrid, Barcelona, Pamplona, Valencia, Alicante, Badajoz… Proporcionalmente, Madrid se lleva el 85% de la estancia, Valencia el 12%, y el restante 3%, las demás. Mi vida laboral se podría resumir en curro, más curro, y hotel. Para qué engañarnos, la vida en hotel es cojonuda, te lo hacen todo, no haces nada, y te lo pagan. Muchas veces, y más en esa larga estancia a la que hacía mención de Madrid, me comentaban que si no estaba cansado de estar siempre en un hotel. Que vaya rollo. La verdad es que si cumples con dos premisas básicas como: currar hasta las 22h y desaparecer el fin de semana para volverte a casa, no le veía el sentido o significado a un piso y no a un hotel.
El hotel tiene dos grandes ventajas. Son de buena calidad y te despreocupas de todo. Y un inconveniente. Maleta va maleta viene.
Ahora, desde hace un par de días, podemos decir que he dejado la vida en hotel para pasar a piso. Es duro dejarlo cuando hablamos de estancias de más de 500 noches en total dentro de la vida laboral. Este cambio, mayormente ha sido motivado por un cambio de aires, por un compañero de curro (ahora también compañero hogaril) y porque tengo servicios e instalaciones que hasta ahora no tenía. El piso está muy bien, a 7 minutos del curro, un lujo en la capital, y con servicios que espero poder disfrutar y que aun están en adecentamiento. Véase piscina (interior y exterior), vestuarios con sauna y un muy generoso gimnasio.
De momento se subsiste, estamos de mudanza, es lo malo en la entrada a un piso, y hasta que te acomodas, pasa otro poquito, porque siempre te faltan cosas, y faltan cuando más las necesitas, estoy podría dar demostración la “ley de Murphy”. Ah! Y qué necesito ahora! WIFI!!!
Dentro de un tiempo os contaré que tal esta “nueva” experiencia. A bote pronto, me es difícil comparar un hotel con una casa, porque ambas tienen sus ventajas y sus inconvenientes, pero bueno, el tiempo, como bien se sabe, quita y da razones, por lo que, ya veremos.
Etiquetas: Reflexiones, Vivienda
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