09 diciembre 2005

Las caras de Dios
   publicado por freddd

Desde el inicio de los tiempos se ha tratado de buscar el porque de la existencia, el origen del universo, la creación. Para ello las distintas culturas y religiones han adoptado formatos distintos para representar a un dios supremo, diferentes formas de ver exactamente la misma cosa. Incluso tenemos a los medio ateos que no dan forma a ese dios pero que afirman que algo originó el resto, una masa o un ente que en los albores de la historia dió pie a todo lo conocido. Por otro lado están los ateos completos que son los que niegan la existencia de Dios. Ahora vamos a ver como se ve esta figura en cada una de las religiones, al menos en las más importantes. Para empezar comentar que el origen de la propia palabra en castellano viene directamente del griego, Zeus, que en latín era Deus y de ahí fue derivando, eso sí, siempre se ha utilizado esta palabra en mayúsculas supongo que para enfatizar su significado o subrayar su importancia, generalmente siempre en genero masculino.

El Dios más universal es el primero que abordaré. Me refiero sin duda al que casi todos hemos aprendido en la escuela, al que se ha representado en las distintas formas artísticas, cuadros, películas, comics… Este es un dios con pelo y barba blancos, anciano, precisamente el que da origen a la palabra en griego Zeus, representado de esta singular forma en los textos mitológicos y en las posteriores adaptaciones pictóricas.

Los árabes tradujeron literalmente la palabra a su lengua y así Alá es para ellos la forma de expresar al supremo de cualquiera de las religiones monoteístas, recordemos que las religiones monoteístas mayoritarias son Islamismo, Cristianismo y Judaísmo. En las tres religiones la figura que representa a Dios es similar con algunas particularidades en cuanto a los rasgos étnicos o culturales pero todas ellas lo representan de forma mística, no terrenal, casi espiritual aunque adopte forma humana pero siempre desde con claros rasgos sobrenaturales. En estas religiones es en la fase terrenal en la que se difunden y propagan más las imágenes, en la católica por medio de Jesucristo, supuesto hijo de Dios, en la islámica a través de Mahoma, individuo al que Dios entregó el Corán o en la judía en la que los escritos fueron otorgados a un tal Moisés, religión encabezada por Yavé o Jehová. (recuerdo para la vida de bryan)

En cambio hay muchas otras religiones en las que no se hace mención a la existencia de ningún Dios como por ejemplo el Budismo, advaita o discordianismo, aunque el hecho de que no tengan un Dios aceptado no quiere decir que exista una figura representativa, quien no recuerda esa especie de gordo dorado que representa el budismo. Y es que son tantas las religiones que existen que es imposible controlarlas a todas, muchas de ellas a su vez con ramificaciones surgidas de la religión madre. Así tenemos las múltiples religiones o sectas (como queráis llamarlas) surgidas de la católica, omitiré nombres para no molestar a nadie ya que cada uno ya sabe lo que hay.

Existe otra doctrina curiosa, el panteísmo que sostiene que el universo es dios en si mismo, es decir, todos somos parte de un gran Dios.

Por otro lado esta el hinduismo, lo que sería la religión de Apu (para no iniciados) con gran calado en su país de origen. En esta religión existen varias corrientes, los monoteístas, que creen en un solo Dios, los adweitas, que creen en un Dios abstracto o un Dios energía, nihilistas que creen en un Dios vacío o la nada, o los politeístas que creen en varios dioses, uno de los más famosos el Dios Shiva (ver Indiana Jones y el templo maldito)

Esto no pretende ser una clase de religión, más bien unos apuntes curiosos para ampliar información que seguramente muchos no tenemos y otra forma de ver las cosas, ya que en realidad si vamos a los orígenes todas han surgido de la misma forma aunque algunas de ellas han tomado senderos muy distintos.

Por cierto, os dejo un enlace al blog de dios que por si no lo sabíais el tampoco ha escapado a la era blog.

Oh Dios, ten piedad de mí.