Sal de ahí
publicado por freddd
Hasta hace poco la única buena película que podíamos recordar al respecto era la primera parte de el exorcista que marcó una época en el cine de terror y traspasó las barreras del celuloide, cosa que ocurre con aquellas películas que trascienden a lo social creando un movimiento, moda o corriente. Aun recuerdo aquellos reportajes a las puertas de los cines de medio mundo en los que la gente salía llorando de la sala o entraban ataques de pánico, paros cardíacos y demás. Tras la primera película y con la única finalidad de aprovechar el tirón publicitario que había supuesto aquello se hicieron otras 2 secuelas de penosa calidad que evidentemente no tuvieron ningún éxito y de las que no deseo escribir nada. Algo parecido ocurrió unos años después (el año pasado) con el vano intento de recuperar la saga con “el exorcista, el comienzo”, lo único que consiguieron fue malgastar una cantidad impresionante de fondos (se hicieron dos películas idénticas con 2 directores distintos) y enterrar definitivamente la saga.
Recientemente he podido ver otra buena película de exorcismos, “el exorcismo e Emily Rose” cuyo punto fuerte es precisamente el no ser exclusivamente una película de terror y basar su metraje en los hechos reales del juicio al cura que le practicó el exorcismo a Emily siendo una película judicial y de terror a partes iguales
Son como digo la primera y la última película las que supuestamente están basadas en hechos reales, y digo supuestamente porque no seré yo quién de credibilidad a la existencia de los exorcismos pero ambas películas tratan casos verídicos de curas que se creían que la persona estaba poseída por el maligno y que actuaron en base a su propia creencia, por supuesto con el permiso de los familiares del poseido.
En estos dos filmes se abre el debate entre lo científico, lo demostrable y lo espiritual o divino que aprovecha los vacíos, en este caso médicos, para justificar sus creencias. Porque en ambos casos, al parecer había algunas coincidencias difícilmente explicables, las personas que estaban bajo la posesión hablaban lenguas que no habían estudiado ni escuchado antes, emitían sonidos y voces de dudosa procedencia y poseían una fuerza muy superior a la de una persona de su edad. Los médicos y especialistas trataban de justificar todas ellas acudiendo generalmente a la psiquiatría ya que según ellos esas alteraciones, aún viniendo de una persona normal podían deberse a fenómenos muy casuales y coincidentes pero no del todo imposibles:
* Automatismo, que provoca acciones mecánicas o involuntarias, típico de algunas formas de esquizofrenia.
* Síndrome de Gilles de la Tourette: una perturbación de la personalidad en la cual el paciente grita de forma incontrolada, se contorsiona, emite sonidos similares a gruñidos y habla de forma ininteligible.
* Desorden obsesivo-compulsivo: se caracteriza por la necesidad de realizar acciones inútiles o inapropiadas, acompañadas por frecuentes ataques de ansiedad causados por motivos irreales.
En el caso de Emily el debate también es médico/espiritual ya que el juicio que se hace al cura es precisamente por aconsejar a Emily que no tomara unas pastillas tranquilizantes ya que eso precipitó su muerte puesto que estas ayudaban a su autocontrol, además la merma física debida a los numerosos exorcismos la dejó sin defensas. Por otro lado los argumentos que justificaban la decisión del cura de no ingerir el medicamento eran que al no estar plenamente consciente y con todas sus cualidades Emily no podía luchar contra el mal al cien por cien y para el exorcismo necesitaba de toda su entereza mental. En realidad los dos puntos de vista tienen cierta coherencia y vistos desde la visión de cada una de las partes tienen sentido, las creencias se hicieron para tomarlas o dejarlas (aunque en algunos casos también imponerlas) pero yo no me pronuncio al respecto de los exorcismos, ni creo ni dejo de creer. Sin duda estas películas tienen infinidad de curiosidades y coincidencias que merecerán otro post en el futuro, el cine de terror y las casualidades y elementos de dudosa procedencia siempre ha estado ahí, sino que se lo pregunten a la malograda niña de Poltergeist, otro día lo hablamos.
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