La vida es sueño publicado por Fry

El fascinante y apasionante mundo de los sueños. Qué incomprendidos y qué incomprensibles. Si te paras a pensar en las cosas que haces en los sueños, cómo son, tan misteriosos, y las surrealistas situaciones que aparecen en ellos casi me parecen tétricos. Te encuentras en una subrealidad que tú no controlas, en la que pueden aparecer muertos, lugares que no existen o, aunque existan realmente, pueden estar deformados como en las mejores películas de terror.

Cuando despiertas de un sueño tienes extrañas sensaciones. No importa que el sueño haya sido bueno o malo. Lógicamente si el sueño era bueno puedes estar cabreado con el despertador (o, en su defecto, tu madre o quien sea) por sacarte de él o, por el contrario sentir cierto alivio al salir de una pesadilla. En cualquier caso siempre hay sobrecogedoras sensaciones al despertar. Sientes que has vivido una realidad distinta que sólo recuerdas parcialmente, pero que ha existido. Un mundo que se ha creado durante la noche y del que no tienes plena conciencia, como una realidad que existe, pero no interesa que la sepas del todo.

Me encantaría saber por qué soñamos y por qué nuestro subconsciente deforma la realidad que hemos percibido con nuestros sentidos. Por ejemplo, a veces he soñado con mi habitación, idéntica en todo, pero de proporciones desmesuradas, gigante, sin embargo en el sueño todo encaja. No me resulta extraño estar en mi habitación teniendo 500 metros cuadrados. ¿Será así como nuestra cabeza almacena realmente las cosas? ¿pero por qué todo encaja en ese mundo? No hay nada tan extraño o irreal como para plantearte si es un sueño. Todo encaja como un puzzle, como los reyes magos cuando eres un niño.

Diré que no admito ninguna teoría sobre las premoniciones de sueños, ni la sencillez de la interpretación de los sueños (toro=angustia, caída=liberación, etc) tal y como rezan decenas de libros sensacionalista. A pesar de ello sigue siendo intrigante.

Lo curioso de un sueño es que nunca te planteas si realmente estás en ese estado o no, pero existe una delgada línea mágica entre el sueño y la consciencia, justo antes de despertar. Un momento de confusión en el que los sentidos empiezan a reemplazar a esa realidad que está imaginando tu cerebro. Es un momento breve y de repente se cierra el telón y termina la película. Si en un sueño no te planteas si es real o no, ¿por qué no podemos estar inmersos en otro sueño del que no lo valoraremos como tal hasta que despertemos? Si en nuestros sueños conocidos deformamos la realidad actual, por qué esta realidad no puede ser una deformación de otra de la que no recuperaremos la consciencia hasta despertar? Aquí, más o menos, todo encaja como un puzzle. Quizás no encaje tampoco según esa otra realidad.

Divagar sobre esto no conduce a nada realmente, pero no deja de ser divertido. ¿Si estamos en un sueño qué me hace pensar que existís vosotros? Puede que os haya inventado a todos, puede que sea yo el único que existe en el mundo. que sólo yo sea un cerebro durmiente y el resto de la humanidad sean marionetas de mis sueños. Es verdad que no puedo controlar a nadie, pero tampoco lo hago en los sueños. Surgen de mi cabeza pero se mueven sin mi aparente control.

Y aún así estoy aquí escribiendo para vosotros que no sé si existís realmente. ¿merece la pena el riesgo de estar escribiendo para mí mismo?.

Es verdad, el 2006 me ha venido pensativo, prometo cambiar, mi parte del blog ya no interesa a nadie.