09 agosto 2006

Jai payo
   publicado por freddd

La última fechoría que nos ha llegado desde el colectivo gitano ha sido el apaleamiento de una pareja de gays en Madrid que fueron agredidos por su condición sexual. Digo la última por ser la que ha llegado a nuestros oídos estos últimos días pero estoy convencido de que no será así, ya que en 2 días ha dado tiempo a proseguir con las múltiples desgracias que tristemente este subgrupo trae a la sociedad.
Y es triste que tras muchos años este colectivo no se haya integrado lo más mínimo en la sociedad, han sido cientos de años de convivencia, si, es triste, pero es. La realidad es que no existe nadie que yo conozca que los quiera tener cerca, los que tienen la mala suerte de tenerlos los odian y los que se han cruzado alguna vez en su camino no los soportan. Porque la mayoría de sus miembros se dejan odiar, no se porqué razón y doy un voto de confianza a que haya alguno que se libre de la quema pero es que los que yo he conocido son detestables, siempre han creado problemas y esos problemas han sido buscados por ellos mismos. Tanto es así que es de sobra conocido por todos ellos el miedo que inspiran en el resto de la sociedad y saben a ciencia cierta que nadie se va a meter nunca con ellos y por eso salen ellos en nuestra busca, con continuas provocaciones, funcionando al margen de la ley en casi todos los aspectos. En casi todos menos en los que les convienen porque para pedir pisos de protección oficial son los primeros en llorar a las autoridades pero a la hora de pagar lo más mínimo se evaden como nadie, pero eso sí, los Mercedes ahí los tienen en la puerta, claro esta, sin seguro, y es que pobre del que choque con ellos porque seguro que, sean cuales sean las circunstancias del golpe, le toque pagar a el. De esto tengo hasta constancia de un hecho verídico, un amigo atropellado en plena acera y con su moto destrozada y todavía le tocó pagar a el el morro del coche del personaje en cuestión. Y aunque los casos que suenen y lleguen al gran público sean los farruquitos y compañias todos sabemos que en muchos barrios, en todas las ciudades, los problemas de drogas, inseguridad, ruidos, coacciones, miedos... están ahí y cada uno tiene su historia negra particular.
En fin, únicamente habrá que tener fe en que no se crucen en nuestro camino. Suerte

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